Autora: María Elisa Pinto García – Directora Ejecutiva Fundación Prolongar
Comenzamos el 2020 lanzando el blog Caleidoscopio, un espacio de reflexión sobre nuestro trabajo a través de lenguajes artísticos y de comunicación para lograr transformaciones sostenibles e integrales a nivel individual, interpersonal y grupal. El Caleidoscopio se alimentará de historias de transformación que fortalecen día a día nuestra vocación de servicio y entrega; de aprendizajes, retos, dilemas y satisfacciones que germinan en nuestro trabajo; y de reflexiones que suscita la coyuntura nacional e internacional en donde buscamos aportar y compartir.
Quisimos comenzar este proceso de reflexión haciendo un balance de 2019, un año de logros alcanzados, cambios importantes dentro de nuestra organización y grandes alianzas. Durante el 2019, en el marco del proyecto “Arte para Reconstruir” financiado por USAID, y otras iniciativas desarrolladas en alianza con Tell, el Ministerio de Educación Nacional y la Alta Consejería para las Víctimas de Bogotá, logramos llegar a 736 personas, incluyendo 120 niños, niñas y adolescentes, 31 víctimas adultas del conflicto armado, 23 veteranos retirados de la Fuerza Pública y 6 personas en proceso de reintegración, y 556 visitantes de la exposición “Encuentros Improbables”. Trabajamos en diferentes ciudades del país como Bogotá, Medellín, Popayán, Quibdó, Santa Marta y Tuluá.
Por otro lado, lanzamos nuestra nueva página web en inglés y español, así como la línea Amalgama que recoge la técnica y metáfora del Kintsugi y la trae a la cultura colombiana para promover la transformación y reparar las fracturas en diversas poblaciones y contextos. En lugar de tratar de ocultar los defectos y las grietas, o quedarnos anclados en lo que no funciona o hace falta, concebimos que la fractura tiene una perspectiva de oportunidad y aprendizaje. Como una amalgama, buscamos la conexión de elementos que en un principio pueden ser de naturaleza contraria o distinta.
En el marco de la línea Amalgama para Equipos de Trabajo tuvimos la oportunidad de trabajar con los equipos de IDARTES, Museo Casa de la Memoria de Medellín, COMFAMA, Parque Jaime Duque y líderes de algunas organizaciones del Caribe, en alianza con Azaí Consultores. En la línea Amalgama para la Vida, en donde adelantamos talleres abiertos al público para el desarrollo personal, estuvimos participando en los seminarios “Cultura & Arte Para la Transformación Social” en Bogotá y “Por un País Reconciliado” en Medellín, además de llevar a cabo un taller de Kintsugi con nuestro aliado Casa Let. En este sentido, la línea Amalgama ha buscado aportar desde diferentes aristas, sectores y poblaciones a la construcción de paz y la transformación.
“Uno de los objetivos centrales de la Fundación es crear puentes entre el arte y la política pública, así como participar en las discusiones centrales que está teniendo Colombia en el posacuerdo”
Fotógrafo: Federico Mejía
Por otro lado, uno de los objetivos centrales de la Fundación es crear puentes entre el arte y la política pública, así como participar en las discusiones centrales que está teniendo Colombia en el posacuerdo. Por ello, nos vinculamos desde el 2018 a la Mesa Técnica de Discapacidad de la Comisión de la Verdad, en donde buscamos aportar a la construcción del informe final desde nuestro trabajo con víctimas de minas antipersonal y el arte como vehículo de resistencia, verdad y memoria. Adicionalmente, a través del artículo “21N: Lecturas Imprescindibles” sugerimos algunos autores que pueden dar luces en el marco del paro nacional que vive el país desde noviembre pasado.
Quisiera terminar nombrando dos escenarios internacionales en los que participamos, y con los cuales logramos ampliar nuestro horizonte de trabajo en el futuro. El primero de ellos fue un intercambio de experiencias que tuvo lugar en Irlanda del Norte, región que vivió un conflicto armado de casi 30 años que finalizó con la firma del “Acuerdo de Viernes Santo” en 1998. El intercambio reunió iniciativas de tres ciudades resilientes (Medellín, Cali y Belfast) y nos permitió entender desde la experiencia de Irlanda del Norte la enorme relevancia que tienen los procesos de acompañamiento psicosocial y la transformación de la violencia cultural después de la firma de un acuerdo de paz. 20 años después, la región presenta uno de los índices de suicidio más altos de Europa y otros problemas graves de salud mental. Fortalecimos así nuestra convicción de seguir trabajando en esta área no solo en Colombia, sino en otras partes del mundo.
“Una práctica y metáfora milenaria se ha adaptado al contexto colombiano para conectar y reconciliar una sociedad tan fragmentada como la nuestra”
El segundo espacio fue el “Bote de la Paz” (Peace Boat en inglés), una de las ONG más importantes de Japón cuyo equipo nos invitó a dar dos conferencias en el trayecto Jamaica – Colombia sobre el conflicto armado, el proceso de paz colombiano y las contribuciones de nuestra Fundación durante estos años. También adelantamos un taller de Kintsugi que tuvo gran éxito y que por primera vez nos permitió mostrarle a los japoneses cómo una práctica y metáfora milenaria se ha adaptado al contexto colombiano para conectar y reconciliar una sociedad tan fragmentada como la nuestra.
Esperamos que este caleidoscopio se nutra no solo de nuestros artículos y reflexiones, sino también de sus comentarios, sugerencias y aportes. Su lectura y retroalimentación serán muy valiosos para nuestro equipo pero especialmente, para aquellas personas que protagonizan nuestro quehacer.