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Etiqueta: Reconciliación

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  2. Tag Archives: Reconciliación

Mi relación con la reconciliación

Me pregunto si la persona que lee estas palabras se ha preguntado en algún momento ¿qué tiene que ver la reconciliación conmigo? y ¿hago parte del proceso de reconciliación? Antes de recurrir a una respuesta rápida y posiblemente ya conocida para usted, le invito a que se tome un momento para dejar que estas preguntas pasen por su cuerpo y su mente.

La reconciliación es una palabra repetida una y otra vez en los medios de comunicación, en las redes sociales, actividades públicas y privadas y en las conversaciones cotidianas. Distintas personalidades y organizaciones de la sociedad civil la nombran como una condición necesaria para avanzar en la construcción de una paz duradera.

Constantemente me he encontrado con personas que, de manera explícita o implícita, creen que la reconciliación es un ejercicio en el que las únicas involucradas son aquellas que de alguna manera han hecho parte del conflicto armado o han sufrido sus afectaciones. En mi caso, esta percepción se transformó cuando acompañé la segunda fase de implementación del proyecto Arte para Reconstruir de la Fundación Prolongar y tuve la oportunidad de reconocer la multiplicidad de caminos y las diferentes posibilidades que existen en la reconciliación.

A continuación, quisiera compartir tres elementos claves del modelo de reconciliación de Arte para Reconstruir que permiten ampliar la comprensión sobre la reconciliación y que son fundamentales para entender el papel que cada uno de nosotros puede cumplir en el camino hacia ella.


1. La reconciliación está en la transformación de nuestros hábitos cotidianos

Más allá de restringir la reconciliación a un proceso que se resuelva en un salón de reuniones o en un evento político, Arte para Reconstruir propone que la reconciliación se genera en la cotidianidad, en los comportamientos, pensamientos y emociones a través de los cuales nos relacionamos con los demás.

Durante los talleres no fue necesario recurrir a las experiencias vividas en el conflicto para identificar de qué manera la desconfianza, los prejuicios o incluso la violencia se hacían presentes en la vida de cada uno de los participantes. Eran justamente en sus vivencias como madres, padres, hermanos, hermanas, vecinos o amigas donde se presentaban este tipo de comportamientos. Cuando alguno de los participantes se refería a los hábitos que no generaban bienestar individual o colectivo, usualmente se referían a experiencias familiares en donde los conflictos se resolvían a gritos o a sus relaciones comunitarias en donde los prejuicios marcaban las relaciones con sus vecinos.

Poner atención sobre cómo nuestras relaciones cotidianas pueden estar reproduciendo la violencia, los prejuicios y la desconfianza es la primera invitación a involucrarnos como actores de las múltiples reconciliaciones. Así es posible reconocer que en nuestros actos cotidianos podemos cambiar las formas de comportamiento a las que nos hemos habituado tras haber vivido durante tantos años en medio del conflicto armado.


2. La reconciliación es un proceso consciente

“Cuanto más conscientes somos, más capacidad de elección tenemos.”
Oren Sofer

Como personas generamos patrones en los que nuestro cuerpo y nuestra mente aprenden a responder de la misma manera ante situaciones similares; por ejemplo, gritar siempre en respuesta a un comentario. Transformar estos hábitos requiere dedicación, intención y atención, implica hacer una pausa y revisar nuestras emociones, nuestros pensamientos y darle un momento al cuerpo y a la mente para explorar diferentes respuestas al momento que estamos viviendo.

Tomar esa pausa y poner atención es una invitación que se repite una y otra vez durante el proceso de Arte para Reconstruir. A través de ejercicios de respiración consciente y de atención corporal, vamos ampliando nuestra atención y vamos reconociendo cada vez con mayor capacidad nuestros comportamientos repetitivos e identificando los momentos en que podemos actuar de manera diferente y romper los patrones que hemos reproducido.

Al final de uno de los talleres, una de las participantes nos compartió con mucho asombro cómo luego de poner en práctica la respiración y la pausa en su día a día su vida se ha transformado: “Ahora ya no respondo gritando en mi casa y mis hijos me preguntan qué pasó conmigo que ya no grito a todo momento. Nuestra relación es mucho mejor”.


3. Todos tenemos un papel en la reconciliación

“Todos hemos estado rotos.”

Una de las propuestas más importantes del proceso fue la experiencia de la práctica japonesa del Kintsugi como oportunidad para reparar una pieza de cerámica con oro dejando visible sus fracturas.

Experimentar esta metáfora fue una oportunidad de encontrar que a pesar de que hemos vivido historias diferentes, podemos identificarnos con una fractura, ya sea porque alguna vez hemos estado rotos, porque lo estamos en este momento o porque hemos generado una fractura en alguien más. No importa si en el proceso de reparación algunos se tomaron más tiempo o si las fracturas de sus piezas fueron más grandes o profundas. Ver a los demás preparándose, reconociéndose en las rupturas, abre la puerta a relaciones más empáticas en las que por un momento las diferencias se difuminan.

La segunda fase de Arte para Reconstruir aún no se ha terminado. Resta la etapa final en la que se compartirá con el resto del país y del mundo lo que pasó en estos meses de encuentros y exploración. Este momento tiene un lugar fundamental en el proceso: es la invitación que el modelo le hace a la comunidad a acercarse a la reconciliación. Luego de leer estos tres elementos espero que cuando usted tenga la oportunidad de ver el resultado encuentre muchas más respuestas a la pregunta del comienzo: ¿qué tiene que ver la reconciliación conmigo? y ¿hago parte del proceso de reconciliación?


Referencias y bibliografía

Sofer, O. (2020) Di lo que quieres decir: Cómo tener diálogos cercanos y sinceros a través de la comunicación no violenta. Editorial Urano.


Autora: Eugenia Echeverry, politóloga, antropóloga y facilitadora de la Fundación Prolongar.
Arte Colombia Diálogo Emociones Reconciliación

Lo que Andrés, un exparamilitar, nos enseña sobre la reconciliación

 

Autor: Federico Mejía, politólogo, antropólogo y consultor en monitoreo y evaluación de la Fundación Prolongar

 

Tras haber finalizado la primera fase de Arte Para Reconstruir, en el evento de lanzamiento del micro-sitio web del proyecto, Andrés*, una Persona en Proceso de Reintegración (en adelante PPR) que participó en el proyecto, pedía perdón a la audiencia como ex miembro de los paramilitares. Luego de un difícil proceso personal atravesado por la rabia, él reconocía y hacía pública su responsabilidad.

Si bien la mayoría de las personas en Colombia conciben la reconciliación como un proceso psicológico y político (Rettberg y Ugarriza, 2016), individual y social, no es fácil comprender aquello que logra atravesar la dimensión interior de las personas para manifestar su transformación en el colectivo. Quiero compartir entonces tres elementos que considero esenciales del proceso que vivió Andrés y que son útiles para entender cómo los actores responsables en la guerra –quienes a su vez pueden haber sido víctimas en otros momentos– consiguen iniciar transformaciones en su vida y ofrecer un acto de reconciliación a la sociedad; por ejemplo, un “perdón”.

1. Un momento para el dolor y la rabia

Si bien Andrés se reconocía como actor responsable en la guerra, su vida estaba marcada por el dolor y la rabia frente a los hechos que vivió en el pasado. Según Alderdice (2015), usualmente la reconciliación se concentra en medidas político-económicas que no abarcan los “asuntos inconclusos” de las personas y su transformación individual. Tras haber causado heridas profundas en los demás, el dolor propio de las personas PPR puede ser un gran “asunto inconcluso”. 

Desde el comienzo de los talleres, Andrés compartía la impotencia que sentía frente a la ineficiencia del Estado, las injusticias que había atravesado durante su vida en el Urabá y las barreras que actualmente enfrenta como PPR. Inicialmente, fue fundamental recalcar que a pesar de las dificultades, podía cambiar la manera en que reaccionaba frente a las situaciones. Si bien las limitaciones eran reales, él estaba asentado en lo negativo y en la imposibilidad. Aún cuando no fue fácil contener sus reclamaciones y sentimientos, allí Andrés pudo expresar un dolor que no había sido acogido y que finalmente encontró un espacio seguro para ser liberado. Adicionalmente, dado que en nuestro trabajo no nos centramos en los hechos que las personas han cometido en el pasado, él no tuvo que justificar sus acciones y pudo sentirse aceptado y respetado.

Hacia el final de la etapa de sanación del trauma se comenzó a dar un cambio en su perspectiva. Recuerdo que usó el acto de mascar como una metáfora para referirse al procesamiento del pasado. Para él, así como al masticar algo se transforma y pierde su sabor, también los recuerdos y las memorias en algún punto dejan de doler. Con esta analogía, Andrés ha podido interiorizar lo siguiente: aunque lo sucedido no se olvida, la forma en que lo recordamos puede cambiar. Y así como el recuerdo cambia, también cambiamos nosotros con él.

2. Un momento para la empatía

“La empatía para reanimar una conversación sin vida.”
Marshal Rosenberg

Además de participar activamente en los 19 talleres del proyecto, Andrés fue elegido como único guía PPR de la experiencia museográfica Encuentros Improbables. En total, 10 personas se prepararon a través de sesiones de expresión corporal y comunicación para ser mediadores. Si bien sabíamos que transmitirían un mensaje de reconciliación a la sociedad, conectando su experiencia en Arte Para Reconstruir con una nueva audiencia, no esperábamos que esta fuera una clave para reforzar su agencia. 

Durante tres itinerancias, con más de 600 visitantes, Andrés pudo expresar cómo él veía la reconciliación, enfocándose en sus recursos, su proceso y su reconciliación con las otras personas del proyecto. En respuesta a su labor de guía, Andrés recibió mensajes de empatía que tal vez no esperaba. En estos le recalcaban la valentía que tenía por haber decidido atravesar este proceso, lo instaban a perseverar y le daban a entender que en la sociedad encontraba soporte; fue un momento clave para entender qué había hecho y qué podía hacer de cara al futuro. 

3. Un momento para ser escuchado

Finalmente, cuando Arte Para Reconstruir había terminado, Andrés hizo parte del conversatorio de lanzamiento de la página web del proyecto. Además de haber sido invitado por primera vez a un evento para promover la reconciliación, él se encontraba en un lugar que valoraba su testimonio como un aporte a la construcción de paz. Allí, por primera vez, pidió perdón públicamente y de manera voluntaria como ex miembro de los paramilitares: fue su forma de ofrecer algo a la sociedad y de decidir un camino diferente. Así, además de encontrar un lugar para el dolor y la empatía, quisiera destacar que él necesitó de una audiencia dispuesta a escucharlo, sin el objetivo de juzgar. 

Como manifiesta Andrés, “cuando vos no encontrás obstáculos, ni estigmatismos, ni señalamientos de la sociedad, de las demás personas, pues eso también te ayuda a perdonarte a ti mismo y a sanar internamente”. En ocasiones, como sociedad, olvidamos que habitamos un escenario transicional que se encuentra lleno de tensiones y miedos, lo cual dificulta las posibilidades que tienen los actores responsables en la guerra para aceptar y remediar las acciones que han cometido. Por ello, aun cuando esperamos, legítimamente, que los excombatientes asuman su responsabilidad en promover la reconciliación, es necesario generar espacios seguros de diálogo, libres de las dinámicas de estigmatización y el antagonismo promovidos por el conflicto armado.

 

* Para proteger la identidad del participante PPR, el siguiente texto hace uso de un pseudónimo elegido a discreción del autor.

Referencias y bibliografía

Alderdice, John. (2015) Reconciliation and psychosocial understanding. Bjpsych International, Vol. 12, No. 3. pp. 55-58. 

Rettberg, A. & Ugarriza, J. E. (2016). Reconciliation: A comprehensive framework for empirical analysis. Security Dialogue, Vol. 4, No. 6. pp. 517–540.

Rosemberg, M. (2013) Comunicación no violenta: un lenguaje para la vida. Buenos Aires: Gran Aldea Editores.

Arte Colombia Diálogo Emociones Reconciliación

Construir paz desde las artes: en busca de un campo de conocimiento y de práctica

 

Autora: Lina Pinto García, miembro del Consejo Directivo de la Fundación Prolongar y académica interdisciplinar formada en ciencias biológicas, antropología y periodismo. Tiene un doctorado en Ciencia, Tecnología y Sociedad (STS) de la Universidad de York (Canadá) y actualmente hace parte del Centro Interdisciplinario de Estudios sobre el Desarrollo (CIDER) de la Universidad de los Andes como investigadora posdoctoral.

 

En Colombia, las noticias nos recuerdan a diario la importancia de seguir apostándole a la construcción de paz con el objetivo de superar una larga e inacabada concatenación de violencias. Con las negociaciones de paz y el acuerdo firmado en 2016 por el gobierno y las FARC, se han multiplicado y diversificado significativamente los esfuerzos de comunidades, organizaciones, instituciones y personas para entender y rememorar lo que nos ha sucedido, identificar responsables, sanar las heridas y dignificar a las víctimas. En ese contexto transicional, recurrir al arte se ha vuelto importante para muchas de estas iniciativas, principalmente porque tal estrategia contempla el uso de lenguajes no verbales y apela al ámbito mental/cognitivo y emocional de las personas. 

La Fundación Prolongar es una de las organizaciones que más seria y consistentemente ha explorado la contribución que las metodologías basadas en la creatividad y las artes pueden hacer a procesos de memoria y reconciliación. Su más reciente libro, Arte para reconstruir: Una exploración sobre las múltiples reconciliaciones posibles, es una apuesta estética para dar a conocer los desarrollos conceptuales y metodológicos que la Fundación ha acumulado en los últimos años. En él se describe un modelo de trabajo donde, a través de prácticas y lenguajes artísticos, víctimas y excombatientes del conflicto armado transitan a lo largo de procesos de reconciliación a nivel individual e interpersonal. Así mismo, la metodología se nutre del trabajo de Jean Paul Lederach para generar encuentros llamados improbables, pues reúnen de manera cuidadosa a grupos de personas consideradas adversarias bajo las lógicas del conflicto armado con el fin de resignificar el pasado y transformar las relaciones.

¿Con quién dialoga este trabajo?

La Fundación tiene la expectativa de que el libro se convierta en “un referente importante para la formulación de políticas públicas y proyectos de la sociedad civil que buscan integrar” los mundos de la paz y el arte (Fundación Prolongar, 2020, p. 136). Adicionalmente, el trabajo hace énfasis en la necesidad y el gran reto de construir instrumentos de monitoreo y evaluación adecuados que permitan dar cuenta de los resultados de este tipo de metodologías en los procesos de reconciliación. Con ello, el texto indica que la paz a través del arte es un campo de trabajo escasamente sistematizado en Colombia, lo cual sugiere que son pocos los casos en los que contamos con una descripción detallada y un análisis teórico y conceptual de las metodologías empleadas. Asimismo, parece que hay una mayor preocupación por exaltar los aciertos que por documentar los procesos de ensayo y error a través de los cuales se afinan las metodologías y los instrumentos de evaluación. 

Sin lo anterior es difícil generar un diálogo entre las diferentes experiencias gestadas a lo largo y ancho del país que permita tanto el aprendizaje colectivo, como la transferencia de prácticas y saberes de una organización a otra. Asimismo, sin ahondar en la documentación juiciosa de dichas experiencias, es improbable que se establezcan conversaciones e intercambios entre las lecciones aprendidas en Colombia e iniciativas propias de otros contextos también afectados por historias de violencia armada. De ahí la importancia de encontrar y hacerse a un hogar intelectual –un campo de conocimiento y de práctica– que permita articular las experiencias locales a redes y discusiones más amplias sobre el qué, el para qué y el cómo de la construcción de paz basada en arte.

En diálogo con las Humanidades en Salud

Las Humanidades en Salud (health humanities, en inglés) podrían ofrecer un espacio fructífero para promover intercambios sobre el uso terapéutico de las artes y las humanidades en la búsqueda de un bienestar individual y colectivo en un contexto transicional. Este es un campo que ha venido ganando fuerza en los últimos trece años a través de formas interdisciplinarias, inclusivas, compasivas y no jerárquicas de poner la creatividad, la imaginación y el arte al servicio de la salud (Crawford, 2020). En las Humanidades en Salud, la estética, lo experiencial, las relaciones sociales y los métodos interpretativos cobran mucha más importancia que los modos cuantitativos y/o biomédicos de mejorar y evaluar el estado físico y emocional de las personas y las comunidades. Partiendo de una aproximación creativa a la salud pública, este campo propone una manera amplia y no disciplinaria de concebir el cuidado, la salud y el bienestar, la cual se aparta de formas convencionales y médico-científicas de entender estos ámbitos. Además, cuando se aplican a escenarios de posconflicto, las Humanidades en Salud ofrecen la posibilidad de explorar de forma individual y colectiva experiencias traumáticas y violentas que, por definición, son complejas, difíciles y demandan atención a los matices (Meineck, 2020). 

Sin duda, lo que plantea el libro Arte para reconstruir resuena con muchos de los enfoques y los modos de pensar y hacer que proponen las Humanidades en Salud. Quizás este campo pueda ofrecer un espacio de pensamiento, práctica e intercambio para que los aportes de la Fundación Prolongar y organizaciones que realizan trabajos afines dialoguen y trasciendan en sus apuestas y logros. En mi opinión, la construcción de paz a través del arte en Colombia podría encontrar en las humanidades en salud un hogar intelectual generoso y creativo para seguir creciendo y contribuyendo a la difícil y necesaria tarea de superar la violencia. 

 

Referencias y bibliografía

Crawford, P. (2020).  Global health humanities and the rise of creative public health. En: Crawford P, Brown B, and Charise A (eds.) The Routledge Companion to Health Humanities. Abingdon, Oxon ; New York, NY.

Fundación Prolongar (2020). Arte Para Reconstruir: Una Exploración Sobre Las Múltiples Reconciliaciones Posibles. Bogotá: Punto Aparte Editores. Disponible en: https://fundacionprolongar.org/wp-content/uploads/2020/09/Libro-FP-Versi%C3%B3n-Digital.pdf (accedido el 15 de octubre de 2020).

Meineck, P. (2020). Post-conflict resolution and the health humanities. In: Crawford P, Brown B, and Charise A (eds) The Routledge Companion to Health Humanities. Abingdon, Oxon ; New York, NY.

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